16 de mayo del 1979, Basilea. Period el día para desaparecer los fantasmas de las finales perdidas en Berna, la Copa de Europa y, 10 años antes, la Recopa celebrada también en la misma ciudad donde se celebraba la ultimate. Juan Manuel Asensi, capitán del Barça aquél día y precise presidente de la Agrupación de Jugadores del FC Barcelona, period consciente: “los más veteranos no pensábamos que fuera nuestra última oportunidad, pero sí que pensábamos que no podíamos fallar”. Aquella noche, el St. Jakob Stadium presenció la victoria de los azulgrana ante el Fortuna Düsseldorf en un trepidante partido que acabó con un resultado de 4-3.
35.000 culés en Basilea
Más de 300 autocares salieron del Camp Nou en dirección a la capital suiza. Los jugadores, que estaban alojados en un resort a las afueras de Basilea, no sabían con certeza cuál period el ambiente hasta que pisaron el césped: “Nos imaginábamos que vendría mucha gente, pero no nos esperábamos que fuera tanta. Casi casi teníamos la obligación de ganar para toda la gente que había venido. Es un recuerdo muy bonito, la gente se volcó con nosotros” – recuerda Asensi.
Neeskens y su último gran partido con el Barça
Asensi aún se quita el sombrero ante la actitud de uno de sus compañeros aquella temporada, Neeskens. Dos días antes del partido, el neerlandés supo que no renovaría con el Membership y que aquél sería su último gran baile vestido de azulgrana: “en el vestuario aquél escenario nos generaba dudas sobre con qué intensidad jugaría. Sin embargo, nos regaló una gran lección: jugó como si fuera su primer partido con el Barça, luchando y poniendo el pie sin tener miedo a lesionarse, con el riesgo de quedarse sin equipo al año siguiente” .
El partido
En frente, el Fortuna Düsseldorf: el arquetipo de conjunto alemán de aquella década: “eran muy rápidos y físicos… Y fue un partido duro donde desgraciadamente Albadalejo se rompió los ligamentos”. No será recordado por el partido más estético, pero sí por ser uno de los más emocionantes. Al penalti fallado por Carles Rexach, se le sumó que a cada gol que marcaba el Barça, los alemanes lo replicaban. Con goles azulgrana de “Tente” Sánchez y el mismo Asensi se llegaba a la prórroga con 2-2. Después de los minutos reglamentarios, todo cambió con los goles de Rexach y Krankl: “con el 4-2 pensábamos que ya estaba y rápidamente nos marcaron el 4-3… ¡Y aún faltaban 7 minutos! Acabé pidiéndole al árbitro que, por favor, pitara el ultimate”.
El éxtasis en Barcelona
Un millón de personas se congregaron en las calles de Barcelona el día después de la victoria. Neeskens fue uno de los más aclamados durante la celebración: “se pasó todo el día llorando porque no quería salir del Barça” – recuerda Asensi.
La Plaça Sant Jaume estaba llena porque todo el equipo y su capitán entregaban el título a la ciudad. “Para mí, ser capitán del Barça es un hecho destacado. – Asensi añade que – Llegué jugando poco pero persistí hasta que me otorgaron esa posición. Representas a un país y la gente te reconoce y tienes la alegría de que te recuerden y te quieran. […] Después de tantos años aún se recuerda la Recopa de Basilea. Fue un gran hito y los que fuimos parte de él estamos muy orgullosos”.